lunes, 20 de junio de 2011

Dead or Alive: Dimensions (3DS)

Hoy reseñaré el segundo juego de lucha que ha dado de si la recién nacida de Nintendo, un título con algunos altibajos, pero que no deja de ser digno de llevar el nombre de una saga que cambió el género.

* Nota: Por alguna razón es un poco difícil encontrar en la red imágenes de calidad de partidas reales y casi todo son demos técnicas. El juego cuenta con todo lo habitual del género, como barra de vida, cronómetro, puntuación y demás, así que no os extrañeis por no verlos aquí.

Continuando con el tema de los altibajos, el juego tiene un lastre muy concreto que es el responsable de sus puntos negativos más notorios. Durante el desarrollo se supuso que el formato en el que saldría provocaría un aumento de público en la saga, pero no ha sido realmente así, y el grueso de los compradores de DOA:D lo han seguido formando sus asiduos. Eso no supondría un problema si no fuera por que los DOA son de los juegos de lucha más exigentes. No son títulos que un neófito pueda controlar en unas cuantas partidas, si no que están pensados para dedicarles horas y horas e ir dominándolos poco a poco. A lo que quiero llegar es que ese intento de ampliar el público se ha traducido en una reducción drástica de la dificultad en varios modos de juego, sobretodo si lo comparamos con su predecesor espiritual (que no argumental): DOA4 de X360, una oda a la dificultad inmisericorde. Pero no todo ha sido para mal, que no cunda el pánico. Por ejemplo, uno de los factores que ha sufrido un cambio positivo ha sido el sistema de contraataques. La saga siempre se ha sustentado más en la defensa y el contraataque que en la propia ofensiva. En DOA4 (lo uso como ejemplo por ser el modelo utilizado para DOA:D) había 6 tipos de contraataque, uno para cada tipo de ataque (puñetazo bajo, medio y alto, y sus patadas equivalentes), algo que pocos llegaban a dominar al 100%. Uno podía memorizar las combinaciones de dos botones necesarias para responder a cada tipo de ataque, cierto, pero el auténtico problema era reconocer el tipo de ataque que nos estaban lanzando, recordar la contra adecuada y ejecutarla, todo ello en una fracción de segundo y sin olvidar que en todos los DOA cada personaje cuenta con decenas de ataques propios totalmente variopintos que pueden confundirnos a la hora de clasificarlos. Pues bien, en DOA:D el número de contras se ha reducido a 3: ataque bajo, medio y alto. Y ahora su ejecución sigue un patrón intuitivo.

Un cambio negativo importante se mire desde el punto de vista que se mire lo encontramos en el modo por parejas. Desde siempre ha consistido en controlar a dos personajes alternativamente y saber cambiarlos en el momento justo teniendo en cuenta que al hacerlo pueden realizar ataques conjuntos y que el personaje inactivo va recuperando sus fuerzas progresivamente. En DOA:D solo controlaremos a un personaje, mientras que el otro será cosa de la CPU. Nuestra función se limitará a repartir leña y entrar en lucha. Ni la máquina ni nosotros podremos salir por voluntad propia de la batalla, si no que tendrá que sacarnos el otro. Bien es cierto que el criterio de la máquina no es del todo malo (entra siempre que su barra de vida sea superior a la nuestra), pero no deja de ser un intento desafortunado de simplificar una función que seguramente no lo necesitaba.

La mayoría de modos de juego son los habituales de la saga, contando con algunos tan imprescindibles como el Time Attack, donde tendremos que hacer el mejor tiempo posible en una serie de combates, o el Supervivencia, en el que nos enfrentaremos a una sucesión de enemigos regenerando solo un poco de vida entre combate y combate. Pero sin duda el que más nos llamará la atención durante nuestras primeras horas de juego será el Crónica, donde seremos partícipes de la historia de los cuatro Dead or Alive numerados y nos hará las veces de extenso tutorial mientras controlamos a la media docena de personajes sobre la que se sustenta realmente la historia. Los combates irán intercalados con intros CG rescatadas de otras entregas, y otras en tiempo real, la mayoría realizadas para la ocasión, que nos irán poniendo al corriente de la historia. Sigue siendo un argumento de juego de lucha (es decir, sencillo y funcional), pero DOA es de las sagas que más importancia han dado a ese aspecto y este modo es una forma interesante de potenciarlo. Pero no es un modo perfecto, y cae en el error de obviar la historia de los personajes que participan en el torneo por otras razones, ignorantes de la conspiración que hay detrás, y que también tienen su encanto. Si los hubieran tenido en cuenta nos habriamos encontrado con un modo de juego impecable.

El modo online es sencillo pero efectivo. No cuenta con una gran variedad de parámetros, pero si los suficientes para poder enfrentarnos, por ejemplo, a gente de nuestro país o nuestra misma destreza. La velocidad de conexión y juego dependerá, como es lógico, de la infraestructura de cada uno, pero los servidores son eficientes y por lo general no provocarán fallos ajenos a nosotros como desconexiones fortuitas o lag. La jugabilidad sigue siendo tan buena como siempre, una maravilla. No os engañeis por las malas decisiones que he reseñado, que existen y molestan hasta cierto punto, por que el control del juego es de lo mejor de que hay. La fluidez de los combos dinámicos (es decir, sucesiones de ataques sobre la marcha), la velocidad de juego, la interacción con el escenario... todo ello está pulido al milímetro para que la experiencia sea muy gratificante, sobretodo a medida que vayamos dominando el juego.

Llegando al apartado audiovisual también llegamos a otro de los puntos fuertes del título. El 3D es uno de los mejores de la consola, dando una gran sensación de profundidad. Lo malo es que jugar en 3D reduce la fluidez visual del juego al mermar los frames por segundo hasta la mitad. No afecta a nivel jugable, pero jugar en 2D es una delicia visual por la gran suavidad de las animaciones. También hay que decir que el 3D es minimamente exigente en lo que se refiere a distancia, y si tenemos la consola demasiado cerca el efecto de profundidad se verá muy reducido. Eso sí, es muy estable y tolerante a las pequeñas vibraciones o inclinación provocadas por pulsar los botones de forma más o menos enérgica, que raramente desenfocarán la imagen. Los gráficos del juego son destacables, recordando, igual que pasó con Super Street Fighter IV 3D, a un redimensionado de la versión de sobremesa. Por supuesto siguen haciendo acto de presencia las impresionantes féminas y sus "particulares balanceos", por que si no no estariamos hablando de esta saga. Del audio tampoco nos podemos quejar, con la particularidad de que en esta versión contamos con voces en inglés o japonés, al gusto de cada uno. El resto del apartado vuelve a ser un copiar-pegar. Una mejora en la banda sonora hubiera sido de agradecer, por que la mayoría de los temas solo aspiran a ambientar sin cansar, pero en general no hay grandes quejas.

Una curiosidad muy de agradecer es que Tecmo lleva desde el día de lanzamiento del juego enviando a sus jugadores indumentarias para los 26 personajes a razón de una por día, al igual que un desafío semanal contra un personaje cuya IA recreará la forma de jugar de uno de los desarrolladores con premio de una figura especial, ganemos o perdamos. No dejan de ser curiosidades que no afectan demasiado a la jugabilidad, pero amenizan la experiencia. Las figuras en concreto son el equivalente portátil del modo espectador de las versiones de sobremesa. A medida que juguemos iremos consiguiendo cientos de ellas de los personajes en distintas indumentarias y posturas y que tendrán la única función de contemplarlas con la posibilidad de hacerles fotos 3D que se añadirán a la galería. No es lo mismo que hacer fotos a un combate CPU VS CPU, es cierto, sobretodo por el hecho de que no podremos fotografíar varias figuras juntas, pero también tiene su cosa y nos dará nuestros ratos de entretenimiento tonto.

Concluyendo, DOA:D es el segundo juego de lucha de la 3DS y el segundo imprescindible para los amantes del género. Dista de ser el mejor de la saga, en ocasiones por carencias incomprensibles, pero sigue siendo un gran juego que nos dará largas horas de entretenimiento. No dudeis en darle una oportunidad, sobretodo si os gustan los juegos en los que prima la técnica por encima del intercambio de mamporros sin más, os alegrareis de haberlo hecho.

Nos leemos.

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