lunes, 23 de marzo de 2009

Prince of Persia (PC/XBOX360/PS3)

A estas alturas son pocos los que no han oido hablar de la saga "Prince of Persia". Esta serie de videojuegos siempre (o casi siempre) ha sido sinónimo de originalidad y, en mayor o menor medida, innovación. Como será bien sabido por los veteranos, el primerísimo título de la saga supuso una auténtica revolución en el género de los videojuegos, tanto por su pulida jugabilidad como (sobretodo) por la increible fluidez y realismo de las animaciones de los personajes. Y eso tiene especial mérito si tenemos en cuenta que estamos hablando de finales de los 80, con lo que el motion capture (captura de movimientos) era todavía algo lejano...

Y en 2003 llegó finalmente una nueva trilogía. El retorno de la saga no pudo tener mejor acogida entre críticos y jugadores. Realmente supuso una auténtica innovación en el género mismo de los videojuegos con un sólido apartado técnico, un argumento que aunque no fuese de lo más original enganchaba, en parte por el carisma con el que contaban sus dos protagonistas y, sobretodo, una jugabilidad pulida al milímetro. Cabe destacar el sobervio trabajo de doblaje realizado en casi todos los paises en los que fue lanzado el juego. Quien escribe estas lineas se atreve a afirmar que es de los mejores juegos de la historia en ese aspecto. Pero lo que resultó realmente revolucionario fue su jugabilidad. Era completamente distinta a cualquier cosa vista hasta ahora. Desde sus orígenes el príncipe siempre había demostrado ser muy atlético, pero en esta trilogía este factor se había llevado a límites inimaginables. De nuestro pad (o teclado, según el caso) surgían movimientos y acrobacias simplemente espectaculares, pero en cierto modo realmente creibles. Eso unido al denominado "poder de las arenas" formaban un conjunto jugable sin precedentes. A todos los saltos, deslizamientos, golpes y demás movimientos acrobáticos se unía la posibilidad de usar diferentes poderes (siempre y cuando contáramos con el poder suficiente, lo cual también estaba bien milimetrado) como ralentizar el tiempo, acelerar nuestros movimientos o incluso volver atrás en el tiempo para evitar una muerte inminente. Este último poder fue el que tuvo mayor repercusión en la jugabilidad y el que ha hecho famosa esa trilogía al ser algo que nunca se había visto antes.

Como era previsible, en 2008 el príncipe volvió, con todo el revuelo que ello suponía. Despues de la exitosa trilogía anterior la gente tenía ganas de más, y Ubisoft (quien posee los derechos actualmente) les dió más. Desgraciadamente sabía que era una apuesta sobre seguro, y eso nunca es bueno. No es que este último título sea un mal juego ni mucho menos, pero no está al nivel de la saga ni de lejos. Ubisoft apostó por acercar al príncipe a la mayor cantidad de público posible tomando una decisión que, personalmente, opino que no fué la correcta. Eso resultó en una de las mayores lacras del título, su extremadamente baja dificultad. Dicho en otras palabras: no podemos morir. Así de claro y conciso, es total y absolutamente imposible morir a lo largo de toda la aventura. La explicación argumental es que la compañera de aventuras del príncipe (Elika) le salva de cualquier situación de peligro haciendo uso de sus poderes mágicos. Los creadores del juego alegan haber buscado una sensación de continuidad, pero realmente el resultado es dudoso. Os pondré un ejemplo de lo poco conseguido que está el juego en ese aspecto. Si nos enfrentamos a un enemigo y a medio combate nos vamos a comer, dar un paseo o lo que queramos hacer SIN PAUSAR EL JUEGO, al volver todavía tendremos al príncipe recibiendo la del pulpo contra ese mismo enemigo. La única penalización a lo que podriamos llamar "perder" es una escena en la que Elika nos salva el culo (con perdón) y el enemigo en cuestión recupera una porción de su barra de vida. Que por cierto, nosotros no tenemos barra de vida, la cosa se limita a que si nos dan dos toques seguidos en un combate o nos precipitamos al vacio en los momentos de exploración Elika nos rescata. Lo de no tener barra de vida no es necesariamente malo, ya que juegos como Mirror's Edge hacen uso de un sistema de "daño" similar, y en el caso de este queda bastante realista (aparentemente en ese juego los disparos tienen una probabilidad concreta de fallar, aturdirnos o liquidarnos directamente dependiendo de si estamos parados, corriendo... así de sencillo), pero en Prince of Persia la forma de aplicarlo llega a ser frustrante. Pasando al apartado técnico solo puedo reiterar en mis alabanzas hacia el doblaje castellano, sencillamente perfecto. La banda sonora también es de calidad, y aunque no alcance el nivel de la trilogía anterior se acerca mucho. El apartado gráfico tampoco está nada mal, aunque la estética elegida no permite hacer grandes alardes técnicos. Bien es cierto que un juego no necesita de unos gráficos de última generación para ser un título de calidad (si uno considera que la jugabilidad es algo secundario, que se compre una película CG y acabamos antes, digo yo), pero es que si jugamos en consola usando una tele de tubo tendremos la impresión de estar jugando a un buen juego de PS2 o Wii con un par de filtros de luces más, y esas consolas han sido privadas de una versión del juego. Otro tema es que estas consolas (XBOX360 y PS3) no estén pensadas para ser usadas con ese tipo de televisores, pero dan la opción por algo, digo yo.

Sobre el argumento no diré nada, por que no quiero spoilear a nadie, solo comentar que empieza interesante, pero a mi parecer acaba siendo un despropósito total.

En resumen, un juego que sin ser malo tiene mucho que pulir y que, definitivamente, parecerá bastante flojo a los fans de la saga. Opino que más que conseguir ampliar el público del príncipe, con este título lo que han hecho ha sido cambiarlo.

¡¡Nos vemos en la próxima entrada!!.

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